A través de sus ramas y raíces, un árbol manifiesta la pequeña conquista de espacio que implica su vida. Alcanza el cielo y puebla el vacío; se ancla a la tierra y extiende su dominio. Estas imágenes intentan capturar el esfuerzo de las raíces como órgano vital de los árboles: extendiéndose en todas las direcciones, se abren camino bajo y sobre la tierra para estabilizar la planta y permitirle extraer agua. El árbol que vive es aquel cuyas raíces continúan extendiéndose en el espacio.
Una raíz, donde no hay hojas ni brotes, evoca la vida de una manera única: habla del movimiento infinitesimal de la planta para asegurar la vida. Al presentarlas en una atmósfera oscura en la que se alejan del contexto de sus árboles, estas imágenes intentan sugerir este movimiento dramático y silencioso que a menudo concebimos como subterráneo. Estas raíces emergen de la oscuridad de la tierra y marcan su movimiento a través del espacio, que no es otra cosa que su supervivencia.
Serie de 7 fotografías digitales.
Una parte de esta serie fue publicada en Écart, primer proyecto editorial del Collectivo Diaph 8.
[2018]